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Guías para el abordaje de los sueños en terapia

¿Eres psicólogo o terapeuta y deseas integrar el trabajo
con los sueños en tu práctica clínica?
Consulta gratuitamente las guías profesionales, con orientaciones y técnicas desde los distintos enfoques.

Abordaje Gestalt de los sueños:
técnica de la dramatización

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PREPARACIÓN

1.1 Definición del propósito terapéutico

El terapeuta delimita el propósito específico del trabajo onírico dentro del encuadre general del tratamiento, considerando el momento evolutivo en que se encuentra la persona.

1.2 Disposición de la persona

 

El terapeuta aclara el propósito terapéutico de la actividad a realizar en sesión y explica el relativo procedimiento. Es esencial que la persona comprenda que el sueño será revivido no en la memoria, sino en el aquí y ahora; no analizado, sino explorado desde dentro, a través del juego de roles y la representación activa de sus elementos. Por ello, es fundamental que se “dé permiso” para habitar y expresar, de la manera más abierta y libre, las distintas voces, actitudes y emociones presentes en las figuras oníricas, sin censuras ni control.

¿La psicología de los sueños llama tu atención?

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EXPERIENCIA

2.1 Inducción

 

El terapeuta propone un ejercicio de centrado para favorecer la presencia y la conexión con el cuerpo y el estado interno. Luego, a partir de una imagen o situación onírica significativa, acompaña a la persona en su reingreso al sueño.

2.2 Dramatización

 

El terapeuta invita a la persona a encarnar el sueño, asumiendo roles y dando voz y gesto a figuras, personas, diálogos, etc. La dramatización puede tomar una dirección predominantemente receptiva o proactiva, reveladora de la índole de la persona: en el primer caso, esta se orienta a revivir la escena onírica tal como ocurrió, explorándola desde dentro, sin modificarla, sino permitiendo que se despliegue y le revele lo que tenga que revelarle; en el segundo, habita el sueño desde una actitud creativa, abierta a expandir la trama, transformar relaciones, imaginar desenlaces alternativos o ensayar otras posibilidades de acción e interacción. El terapeuta sostiene el proceso desde la presencia, sin interferir.

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INTEGRACIÓN

3.1 Toma de conciencia

 

La persona comparte su vivencia con el terapeuta, quien, siempre evitando toda interpretación cerrada o asimétrica, la acompaña a articular lo vivido, a develar su sentido y a comprender actitudes, aspectos y situaciones de su realidad biográfica en contraluz de lo que ha descubierto de sí misma en la experiencia terapéutica. Esta elaboración puede facilitarse, por ejemplo, trasladando al plano discursivo la expresión espontánea de emociones y pensamientos, enfocando la atención en los estados anímicos que eventualmente persistan una vez concluida la experiencia, o invitando a la persona a hablar desde la vivencia y no sobre ella. El terapeuta cumple plenamente su función cuando logra devolver resonancias, señalar polaridades o sostener la emergencia de conexiones internas, naturalmente sin forzarlas.

3.2 Integración

El terapeuta guía a la persona en la traducción del insight en cambios existenciales concretos que refuercen la conciencia, la autenticidad y la responsabilidad. Para ello, exploran juntos las resonancias entre lo vivido en la dramatización del sueño y situaciones actuales de la vida cotidiana. Más a detalle, el terapeuta invita a la persona a identificar qué parte de sí ha reconocido o recuperado a través de la experiencia; qué emoción, necesidad o impulso ha encontrado expresión durante la dramatización; qué figuras internas o patrones de comportamiento se han hecho visibles en la vivencia; qué formas nuevas de actuar o posicionarse ante la vida podrían abrirse a partir de lo vivido; etc.

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